COMENTARIO LINGÜÍSTICO
Poesías, Juan de
Tasis, Conde de Villamediana (1582-1622)
Soñaba yo que tenía
alegre mi corazón,
mas a la fe, madre
mía,
que los sueños, sueños
son.
No solamente ha querido
verme, amor, en vida
muerto,
sino engañar mi sentido,
para quitarme despierto
glorias que me dio
dormido;
cuya dulce fantasía,
como en sus engaños
crece,
con tanta fe desvaría
que lo que nadie merece
soñaba que yo tenía.
El pesar de este contento
amor quiso lograse,
porque en el prestado
aliento
la memoria despertase
a desvelado tormento.
Tuvo la imaginación
sombra en sueño de
placer,
porque sin esta ilusión
mal pudiera yo tener
alegre mi corazón.
Mas temo y menos espero,
despierto más ofendido
cuando en mi mal
considero
que de un alivio fingido
nació un amor verdadero.
Sueño de falsa alegría,
como es despierto pesar
inútilmente porfía,
si me pretende engañar
mas a la fe, madre
mía.
¡Oh costosos
desengaños
en ilusivas quimeras,
bien mentido y ciertos
daños
donde las burlas son
veras
y las veras son engaños!
Quejas desveladas son
mal fuerte y remedio
tibio,
cuando induce mi opinión
FASE INTUITIVA
El poeta habla de un sueño de amor y como
al despertar se encuentra con la amarga realidad. Aparece el tema barroco de la
inconsistencia de la vida, las ilusiones y el desengaño de vivir.
Es un poema narrativo de un sueño amoroso
en forma de Glosa, pertenece a la primera edición del libro “Obras de Don Iván de Tarsis Conde de
Villamediana y Correo Mayor de Su Majestad.” Recogidas por el Licenciado
Dionisio Hipólito de los Valles (1635). El texto está escrito en primera
persona, utilizando la función poética del lenguaje para expresar sus
sentimientos. El emisor del mensaje es el “yo” poético.
El lenguaje que utiliza es culterano,
dando gran importancia a la forma y modificando las estructuras fraseológicas.
El Conde de Villamediana siguió las
huellas de su maestro Góngora. Sus obras abarcan sonetos, fábulas y versos
cortos. En los romances, redondillas, glosas y demás versos cortos, brillan la
facilidad, la gracia y la elegancia, acercándose al estilo de su maestro. Fue
un poeta satírico, especialmente en lo político, su sátira era agresiva,
insultante y muy personalizada, demostrando un gran ingenio. Murió asesinado, sin publicar sus obras.
La glosa empezó a utilizarse en el siglo
XV. Consta de un tema en forma de redondilla seguido de cuatro décimas cada una
de las cuales comenta los versos iniciales que son el último verso de cada
décima. La fusión de la técnica
tradicional con los artificios del estilo barroco como el hipérbaton, la
antítesis y los oxímoros embellecen esta glosa objeto de análisis.
FASE ANALÍTICA
La forma poética de la glosa, es un poema
que desarrolla otro poema, usando líneas sucesivas del poema original como
línea final de cada estrofa del poema nuevo. La redondilla inicial, está formada
por cuatro versos octosílabos, el segundo y el cuarto terminan en palabra
oxítona, con rima consonante de arte menor, a
b a b. Esta redondilla, que pertenece a la antigua lírica popular
hispánica, ha sido glosada por diferentes poetas. El último verso “que los sueños, sueños son” la usó
Calderón de la Barca en el soliloquio de Segismundo, al final del primer acto
de “La Vida es sueño”.
La cuatro estrofas son décimas isométricas
con rima consonante, cruzada, de arte menor, a b a b a c d c d c. Los versos son octosilábicos simples, con
palabras oxítonas al final de algunos versos.
La redondilla nos cuenta en primera
persona el tema de la glosa, la alegría que le produjo el sueño y el despertar
a la realidad. Los tiempos verbales están en pasado. La utilización del
hipérbaton en los dos primeros versos otorga más belleza estilística al
cuarteto.
La primera estrofa nos habla del amor no
correspondido, protagonista de su sueño, en el cual sí pudo disfrutar de su
amor. El poeta utiliza el hipérbaton en el primer, segundo y décimo verso,
propio de la poesía barroca . Predominan los tiempos verbales pasados, aunque
también utiliza presentes e infinitivos. El segundo verso tiene un oxímoron “vida-muerto”, que aporta dramatismo a
la estrofa, a la vez que nos da información de lo tormentosa que ha podido ser
su historia de amor. El cuarto y quinto verso terminan con dos adjetivos
antónimos “despierto-dormido”, creando una antítesis de gran belleza. En el
sexto verso tenemos un epíteto creador o suprarrealista “dulce fantasía”, aludiendo al sueño que tuvo y aportando cierta carga erótica al sueño. Las
oposiciones semánticas, propias de la poesía erótica, como el contraste entre la
vida y la muerte, la relación de engaño que conduce a la vida y el desengaño
que es el despertar que conduce a la muerte, y las dudas del poeta, sobre si
está despierto o dormido, son propios de una visión “barroca” de la vida
humana.
La glosa acumula pronombres personales
enclíticos, tal vez en señal de desequilibrado narcisismo. Para los verbos en
tercera persona el poeta no utiliza pronombres personales.
La segunda estrofa comienza con un hipérbaton
y una elipsis para dar más intensidad al estado anímico del poeta, igual que en
el sexto y noveno verso. Nos encontramos con varios epítetos creadores: “prestado aliento”, “desvelado tormento”,
“corazón alegre”, propios del culteranismo barroco. Los tiempos verbales,
como en la primera estrofa, son pasados, aunque también hay un infinitivo.
La tercera estrofa comienza con un
contraste de expectativas “más temo y
menos espero”, elipsis y continúa
con el hipérbaton para describir el despertar del sueño. Los tiempos verbales están en presente excepto
un pasado y un infinitivo. Utiliza adjetivos antónimos para enfatizar su
desconcierto al despertar del sueño. Destacar que las últimas palabras de los
versos cuarto, quinto, sexto y séptimo, “fingido-verdadero, alegría-pesar”, son
antónimos entre ellos, respectivamente.
La cuarta estrofa comienza con una oración exclamativa, seguida
de un epíteto en el segundo verso, “ilusivas
quimeras” para enfatizar su estado de ánimo y mostrar su descontento con la
realidad que le espera.
En el cuarto verso hay una paremia “las burlas son veras”, (frase
proverbial cuya idea es la discreción con las formas para evitar que sean
dañinas y ofensivas), y combinada con el quinto verso “y las veras son engaños”, crea un retruécano, muy utilizado en el
conceptismo barroco. Finalmente, una antítesis en el séptimo y noveno verso
para terminar con el famoso verso “que
los sueños, sueños son”.
FASE DE SÍNTESIS
La glosa
resulta compleja en su lectura debido a la abundancia de recursos
literarios, hipérbaton y elipsis. El poeta describe en primera persona, un
sueño pasado y sus efectos, pero una vez despierto se queja amargamente de que
esa dulzura se haya convertido en la amarga realidad. Se presenta el sueño como
lugar de encuentro con la amada, aunque en todo el poema no se la menciona, la
palabra “amor” aparece tres veces,
tal vez se refiere a su amante la Reina Isabel o habla de su secreto amor
homosexual, posible motivo de su asesinato. Las elipsis y la retórica del
silencio, ayudan a crear este misterioso amor soñado.
Se plasma una tensión entre realidad y
sueño, entre verdad y engaño, dualidades propias de la vida onírica. Hay un
sentimiento de melancolía que impregna todo el poema.
BIBLIOGRAFIA:
-Cotarelo,
M. (1886).El Conde de Villamediana.
Estudio biográfico-crítico.
-http://cvc.cervantes.es/literatura/
-
Vique, D. M .El sueño como lugar de
encuentro con la amada en la poesía del siglo de oro. Recuperado de: http://www.ual.es/revistas/PhilUr/pdf/PhilUr04.8.Vique.pdf
-
Obras de Don Juan de Tasis.
Recuperado de:
-Bonnín,
I. La versificación Española.
Ed. Octaedro (1996)
-
Lázaro Carreter, F. Como se comenta un
texto literario. Ed Cátedra (1980)
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